jueves, 2 de septiembre de 2010

Cuen-titos -La noche de quien la compro-

Cero horas, el reloj difícilmente miente, los tacones, empezaban a molestarle, el vestido se subía constantemente hasta sus pantorrillas y ella empezaba a desesperarse, ofreció a la entrada de la madrugada su cara maquillada y aspiro fuertemente la brisa de la media noche, busco en sus bolso el papel con la dirección, después de remover entre, pinturas, monedas y llaves lo encontró, si ya había llegado, se acerco a la puerta y toco el timbre.

Unos pasos arrítmicos sonaron detrás de la puerta, como si les costara trabajo acercarse, un movimiento de llaves, dos, tres vueltas, al fin una anciana en bata aprecio delante de ella, con lo cabellos pegados a la frente y la mirada frenética, le indico con un movimiento de cabeza que pasara, señalo una escalera al fondo de la habitación que hacia de recibidor y desapareció en una puerta lateral, ella miro con algo de desconfianza, pero sabia que este era su oficio así que no dudo mas y enfilo la escalera, a medio camino decidió descalzarse; era mucho el ruido con los tacones, además que llegado el momento le facilitaría su trabajo.

Encontró en la parte de arriba de la casa solo un habitación abierta, así que dedujo que era ahí donde la requerían, con un paso silencioso se asomo y no le extraño en nada la vista que ofrecía el cuarto; la cama revuelta, la ropa regada de manera cualquiera, las luces del techo apagadas, la estancia se iluminaba de una manera que parecía un salón de baile a media luz, por medio de una lamparita de mesa al lado de la cama, en la misma cama donde lo vio, con esa mirada que conocía de hace ya tiempo, acostado con la vista vuelta hacia ella le tendió una mano invitándola a acercarse, "es hora de trabajar" se dijo ella misma, como un mantra que la protegería de lo que seguiría, la rutina que bien conocía, acerco sus labios despacio al oído de el, y susurro " Tranquilo todo acabo" mientras inyectaba la formula de fármacos en el brazo de el, pensó en lo que hacia, en quien era el; enfermo de cáncer terminal de próstata, y ella una agente, una enviada, que atravez de una cantidad podría borrar el dolor, podría acabar con la miseria, ella sabia que esa noche era la noche de quien la compro.

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